
La alimentación, como las emociones, desencadena estructuras adictivas a nivel neuronal. Por ello, obviamente no podemos pretender mudarla en un día, ¡somos adictos!, la experiencia con comida viva es un proceso por el cual vamos modificando gradualmente nuestra memoria afectiva con los alimentos. Usando recetas “psicomagicas” vivas, vamos simulando los platos que durante toda una vida nos han acompañado y que cargan millones de momentos y recuerdos especiales. La vida social gira entorno de la comida y por ello debemos ir substituyendo paulatinamente la muerte por la vida, incluyendo de a poco, alimentos vivos en nuestro menú, es un proceso en el cual cada persona tiene su tiempo.
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